He vivido en todos los insomnios.
En el de la angustia, el de la soledad, el de la tristeza,el de la cama de un hospital.
He vivido en el insomnio del deseo
y también en el del amor.
En el de las palabras que regresan,
en el del silencio de los cementerios,
el insomnio de la memoria.
Y me he mudado ahora
a este enorme duermevela
que se llama corazón.
La vida es insomnio, que no sueño.
Se equivocaba Calderón