Adiós a lo que te hace mal, a lo que te pone triste y hola a todo lo que te hace bien. Es más fácil escapar que quedarse. Más fácil sobrellevar la bronca, la rabia, que el dolor. Pero algo tienes que tener claro, no somos culpables de las impotencias de los otros. ¡Vive a pleno con el corazón abierto a todo! Tenga mil agujeros o mil rasguños.