Entre los '80 y '90 solÃa ser un subterráneo empedernido en ámbitos que iban desde lo musical, contracutural, lo polÃtico y lo estético, andaba sumergido entre Quilca y Colmena, el Helden y el Averno buscando quizás a mi yo aún en ciernes.
He fallecido y resucitado muchas veces, tantas como para haber quedado convencido que en ocasiones es necesario morir primero para luego retornar a la vida entendiendo que el ciclo del aprendizaje personal no puede ser de otra manera.