Nunca te quejes de nadie ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querÃas en tu vida, o alguien te dijo que lo hicieras? acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar a corregirte. El triunfo del verdadero hombre o mujer surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o tu suerte, enfréntala con valor y acéptala de una manera u otra, pues es el resultado de tus actos y prueba de que tú siempre has de ganar. No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño? recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar de nuevo y que ningún problema es tan terrible para clau