Me quitar茅is mi vida, pero yo tambi茅n os quitar茅 la vuestra.
Disparar茅is vuestros mosquetes
pero pasar茅 a trav茅s de vosotros.
As铆 que cuando esper茅is el siguiente ataque
ser铆a mejor que aguantarais, no hay vuelta atr谩s.
Suena la corneta y la carga comienza.
Pero nadie gana en el campo de batalla.
El olor del humo acre y el aliento de los caballos鈥�
Mientras me sumerjo en una muerte cierta.
El caballo suda de miedo, rompemos a correr鈥�
El poderoso rugir de los ca帽ones rusos鈥�
Y mientras cabalgamos hacia la muralla humana鈥�
los gritos de dolor mientras mis camaradas caen.
Saltamos sobre cuerpos que yacen en el suelo.
Y los rusos disparan otra descarga.
Conse
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