Nunca entendà como se puede levantar uno cada dÃa, tan tranquilo... como si nada pasase, como un maldito autómata, y seguir sonriendo, caminando, trabajando, hablando con "nadie" y de nada, rumiando una y otra vez este aire asqueroso que tenemos en este mundo y que por consiguiente es tambien el maldito aire que me toca respirar a mÃ.
A medida de que transcurren los años, decrece el número de personas con las que se pueda tener una conversación "digna", con la que puedas llegar a dilucidar temas en común y éstas cosas. Ahora, mucha gente sólo le limita a defecar por la boca, sus temas de conversación son tan sumamente inútiles y superfluos que es cuando se sienten unas ganas a