1º. Soy pesimista. Pienso que quien sufre no puede permitirse ser pesimista.
2º. Me prohibí absolutamente la música romántica. Es un arte ambiguo, que me pone nervioso. No tiene seriedad alguna y apaga la alegría espiritual. Además, fomenta todo tipo de deseos poco claros y envidias innecesarias.
3º. Aborrezco a aquellos que ven toda inclinación natural como enferma y vergonzosa.
4º. Detesto las costumbres duraderas. El hecho de que una circunstancia se vuelva algo permanente me hace sentir como si se me acercara un tirano o como si la atmósfera se envenenara.
5º. Ambiciono mucho, no busco. Quiero crearme un sol propio.
6º. No me importa el drama, ni la convulsión de su é