Yo pasaré y apenas habré sido,
-frágil destino de mi pobre arcilla-.
Hijo, cuando yo no exista,
tú serás mi carne, viva.
Verso, cuando yo no hable,
tú, mi palabra inextinta.
"Si experimentas tu propia debilidad, es que estás siendo llamado por Dios a entregarte a su misericordia."