La vida no nos está esperando en ninguna parte, nos está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que alcanzar, está aquà y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón.
Cada dÃa me levanto con el propósito de ser mejor persona, vivo y disfruto la vida tal y como viene.
Nunca me acuesto sin aprender algo nuevo.
Quiero mucho a mis amigos.
Una de las cosas fundamentales que le he inculcado a mi hija y me gustarÃa que todo el mundo aplicase, es que a las personas no se les valora por su estatus social, raza, color, apariencia o fama, sino simplemente porque son buenas personas.