Los árboles, el mar, el cielo, los animales, la gran obra de la naturaleza me rodea y me regala , trozos de madera, piedras, hojas secas, semillas, cáscaras de frutos, huesos, conchas. Todos estos restos, sumados a los que el hombre desecha de su trabajo, metales, fibras, telas y demás, son fragmentos que atesoro y referentes que transporto y transformo en el papel o la tela. No trabajo a partir de bocetos previos, solo de un impulso, una fuerza creativa que se me impone y me permite traducir lo que guardo, en un discurso que no representa una realidad, pero la simple verdad de la materia, de la acción y el tiempo, elemento que no percibo cuando pinto, pero que al terminar queda grabado