Llámenme Alfonso o Poncho, Alfonso el de amores tempestuosos, Poncho el de la vida.
DÃganme Alfonso cuando me vean colérico. No es mi culpa cuando algo me sale mal, láncense sobre mi, pero verán que me dará igual.
Yo soy Poncho cuando estoy feliz, dÃganme asà cuando me sientan alocado, aveces valiente, aveces a medias, silencioso y con una boca que no dice infinidad de cosas.
Nadie le diga a mis papás que soy un bicho raro.