Estudioso de la Lengua del Cordero, pensador y escriba del Reino celestial. Sereno, contento, confiado y agradecido de Dios ... cada dia.
... Cuando mi abuelito se hacÃa pipà en la cama, el Señor ya me habÃa alojado en sus lomos ... grande el Invisible y digno de ser alabado, ensalsado y adorado.