No andes delante de mÃ, quizás no te siga.
No andes detrás de mÃ, quizás no te guÃe.
Anda a mi lado y sé mi complice.
Muchas veces estamos más limitados por la actitud que por la falta de oportunidades.
Los muros que construimos alrededor de nosotros para mantener la tristeza alejada también evita la entrada de la alegrÃa.