Me tocaron con la varita mágica. Soy uno de esos elegidos que inventa, desde mis pies sublimes, las jugadas que cualquier mortal amante de la redonda hubiese soñado hacer. Todas las utopÃas futboleras se sintetizan en tipos como yo. Roman, a secas, como me empezaron a llamar en el Barrio Plaza Cruz, un modesto barrio ,la 10 de la espalda no me la sacan ni con una pistola en la cabeza. TÃmido, amante de los recuerdos y de mis orÃgenes,conocà las necesidades desde siempre. Eso sÃ, de pibe podÃa faltarme un pedazo de pan pero nunca un potrero a mano. Y ahÃ, se sabe, pocos dibujan como yo.
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