Es inevitable no convertir una página en algo como un marco en donde se exponen ‘fotografÃas’ de lo más explicitas, coloridas, confusas, amorfas y a veces – sólo a veces- lindas.-
No sé como empecé poco a poco a hacerte caso, será porque me lo pediste que lleno este espacio (para que no quede en blanco…) . O mejor dicho, como empecé a creer en lo que digo. No sé, en realidad, que tan cierto sea lo que diré, pero: Para poner algo públicamente se necesita creer en, y aquà es donde nace la contradicción, de donde se origina el goce (de debatir tu posición) para mÃ.
En primer lugar, porque cuando escribes algo público, siempre pienso –automáticamente- en todas l