¿Enserio puedes salir de casa con esos peligros? El noble y frágil Raúl, debe permanecer en una cueva húmeda, viendo salir los rayos del sol, cuando su cuarto no necesita la energía eléctrica sabe que es de día. Sale a comer bajo la luz radiante del sol, ese puto sol en mi ojo. Sabemos que debemos bajar la cabeza ante aquellos vecinos que te incitan a la muerte.
La mano rasposa de aquel niño que me saludo al encontrarme, soy amable con ellos. Solo quiero comer, me alejo rápidamente. Es interesante como una “mona” puede hacer con tu cerebro, la verdad es que disfruto verlos morir lentamente. Y me incita a comer.
Esa maldita cocina económica, donde todos sonreímos falsamente
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