Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabidurÃa necesaria para cerrar la boca. Se han perdido las buenas costumbres y principios en la educación de la palabra carentes de honra, decoro y decencia en estos tiempos, sobre todo en la mayorÃa de algunos jóvenes incluyóndome, no como adulto ni tampoco como un joven con aspirciones sino mas bien como alguién que a traves del tiempo ha encotrado un camino que seguir, un camino que tal vez alo largo del tiempo se enturvie, y que pueda quedarme cegado, pero nada me detendrá de eso estoy seguro, hoy que mis ojos son mas claros, veo mucha luz y la nueva generación en nuestros dias, no tienen la suficiente elocuencia