El sutil alquimista transmuta en un instante
en oro el pesado metal de los dÃas...
Nadie se hace la gran pregunta ¿ quién soy?. Todos siguen cumpliendo un papel, generalmente decidido por los demás, como el éxito y el fracaso.
Reconozco muchas caras y conozco algunos nombres, pero pocos individuos que sepan quienes son. Me preguntas dónde puedes encontrarme, y te digo en cualquier parte, porque soy parte del universo.
El nombre y el oficio, son distracciones, cárceles, limitaciones, son un camino que nos marcan y que seguimos ciegamente. Tan ocupados... que jamás nos detenemos a pensar quienes somos. El espÃritu, que es lo que somos, no acepta condiciones, no hay que con