Ayer me com铆 un sandwich, pero antes de comerlo, lo observ茅 detenidamente, como si 茅ste me observase de vuelta en una clara actitud de temor ante su inminente destino, el ser guiado por mis procesos digestivos, un sendero de perdici贸n y oscuridad del que pocos han logrado dar testimonio, su existencia pend铆a de un delgado hilo sujetado 煤nicamente por su suerte desde un extremo, y por mi instinto alimenticio desde el otro extremo. Cu谩n terrible ha de ser la existencia de aquellos cuya misi贸n en este plano dimensional no es m谩s que la de entregarse en su totalidad a aquellos quienes osan sentirse due帽os del mundo y de los recursos que 茅ste les entrega.
Continu茅 observando con mise
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