querÃa escribir poesÃa porque me habÃa enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocà fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me habÃa enamorado de sus palabras, sólo de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querÃan decir tenÃa una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oÃa por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivÃa en mi mundo.