Qué profundas son las riquezas de la sabidurÃa y del conocimiento de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!
«¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?»
«¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?»
Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
Romanos 11:33-36