Observando las 煤ltimas gotas
de la lluvia en un fr铆o invierno,
record茅 en aquellos instantes
que a煤n te sigo queriendo.
Y vinieron de pronto a mi mente
como el despertar de un sue帽o,
mil mariposas volando
a convencerme que es cierto.
In煤til y en vano fue
el intentar ocultarlo,
los sentimientos traicionan
y eso no puedo negarlo.
Al mirarte el coraz贸n
me golpe贸 m谩s de la cuenta,
y no te pude ni hablar
como maldita sentencia.
Mir茅 tus ojos de mar
y quise perderme en ellos,
y me vino a la memoria
mi vida que a煤n te quiero.
Pero la cruel realidad
me lleg贸 con un lamento,
que ya es muy tarde y lo s茅
y a煤n te sigo queriendo.
FREDERIC ANDRE.
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