No hay nada al parecer tan d辿bil, y no obstante tan invencible, como el alma que siente su insignificancia
y conf鱈a por completo en los m辿ritos del Salvador.
Mediante la oraci坦n, el estudio de su Palabra y el creer que su presencia
mora en el coraz坦n, el m叩s d辿bil ser humano puede vincularse con el Cristo vivo, quien lo tendr叩 de la mano y nunca lo soltar叩
(El Ministerio de Curaci坦n, pp. 136, 137).