Erase una vez una alguien que querÃa felicidad, pero pensaba que para ser feliz solo necesitaba cosas buenas; se esmeraba tanto pero no lograba conseguir su felicidad. Pasaron los años, vivió alegrÃas, las guardó en su corazón, vivió tristezas, las superó. Entendió que la vida no era solo alegrÃas, que para lograr ser feliz tenÃa que llegar al dolor y tener la capacidad de transformarlo en aprendizaje. Asà al paso del tiempo se sentÃa llena de luz y energÃa, no podÃa pedir nada más pues era muy afortunada de tener personas autenticas en su vida y si alguien no permanecÃa en ella simplemente esa persona o no era autentica o no habÃa llegado hasta su corazón. De cualquier ma
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